El gato obstinado

Estaba estacionado en frente de la pensión “Vallegrande” (la cual queda muy cerca de mi casa) cuando de repente una señora se acercó y me preguntó:

– ¿Qué está haciendo allí?

– Estoy esperando a mi gato -le respondí.

– ¿Su gato? –dijo algo desconfiada la señora-. ¿Pero acaso no es ése que estaba correteando a toda velocidad a aquel ratón?

– ¡Ese mismo!

– Pero si hace horas que ese gato lleva persiguiéndolo sin parar. Varios gatos y otros animales ya lo han intentado.

– ¿Y?

– No se ofenda, pero no creo que su gato pueda atraparlo.

– Es probable.

– Entonces, ¿por qué lo sigue esperando? ¡Al paso que va el pobre animal, no podrá atraparlo nunca!

Ese instante muestro una sonrisa y le digo:

– Señora, dudo que pueda entenderme, pero igual se lo diré: desde que tengo memoria, aquel gato no me ha fallado nunca. A veces ha fracasado, otras veces ha triunfado, en otras ha sido humillado, y en muchas otras ha muerto… pero lo que nunca ha hecho hasta ahora es rendirse sin intentarlo, y cuando todo termina, independientemente del resultado, siempre ha regresado a mi lado.

La señora se sorprende y se va en silencio. Mientras tanto, yo espero con mucha calma a que el gato regrese al auto para así poder marcharnos.

…

Y así terminó el sueño. Si bien es un sueño viejo, cabe mencionar algunos datos curiosos y observaciones que me di cuenta cuando estuve despierto:

• No me agradan los gatos, de hecho en ese tiempo creo que los detestaba (actualmente ya no les tengo ningún odio). Sin embargo en este sueño yo soy dueño de uno de ellos y actúo como si me agradaran.
• Algo que tenía muy claro en el sueño es que aquel gato había muerto ya muchas veces, pero siempre regresaba. Era como si ya estuviese acostumbrado a aquella extraña rutina del animal.
• No estoy seguro sobre qué era exactamente el pequeño animal que perseguía el gato. Como es muy probable que fuese un ratón, pues escribí tal cosa. Otra cosa que no recuerdo era el color del gato en cuestión.