Bueno, todo comenzó cuando, una vez más en las noticias, escuché que a alguien le habían estafado usando el famoso “cuento del tío”, así que decidí ponerme a investigar al respecto sobre ello ya que para ser sincero nunca llegué a saber exactamente en qué consistía tal estafa.
¿PERO QUÉ ES EL “CUENTO DEL TÍO”?
El “cuento del tío” es el nombre que recibe en Sudamérica (principalmente Argentina, Uruguay, Chile y Bolivia) un tipo de estafa, en la que se aprovecha de la confianza y ambición de las personas por obtener grandes beneficios fácilmente.
Si bien el cuento del tío tiene muchas variantes, la esencia es la misma: aprovecharse de la inocencia, ignorancia y codicia de la víctima y una gran capacidad del estafador de actuar y contar una historia creíble (aunque muy boluda en la mayoría de los casos).
Básicamente el cuento del tío consiste en estafar a una persona haciéndole creer que está realizando un buen negocio al intercambiar su dinero por un objeto que presumiblemente tiene mayor valor, pero que en realidad es FALSO o carece del valor indicado.
Por ejemplo: cambiar dinero por un boleto de la lotería, gran cantidad de dinero en efectivo, un cheque, una herencia, un reloj, un paquete o un premio inexistente.
Bien, ahora voy a mostrar una colección de testimonios de personas estafadas para mostrar las artimañas comunes que suelen usar estos estafadores:
EL CASO DEL COCHE
Lo primero fue la bronca. El hombre descubrió que a su coche le faltaba una de sus ruedas justo en el momento en que se disponía a usarlo. Después fue la sorpresa, al encontrar una carta en la que el ladrón de la rueda atribuía su acción a una urgencia, se disculpaba y prometía devolverla.
A la mañana siguiente la sorpresa fue mayor: la rueda estaba en su lugar como si nunca hubiera sido robada, acompañada por una carta de agradecimiento y entradas de regalo para ver un espectáculo, como una forma de compensación por las molestias causadas. Sorprendido, el dueño de casa no pudo evitar que se le dibujara una sonrisa ante el curioso accionar del anónimo ladrón. Y junto a su mujer decidieron usar las entradas.
El problema fue cuando regresaron. La casa, que había quedado vacía, había sido totalmente desvalijada.
EL FALSO TESTIGO
En las últimas horas, el gerente comercial de un grupo de medios caminaba llevando la notebook en su estuche, a la altura de Florida y Av. Corrientes. Una chica le advirtió que su ropa estaba manchada con mostaza y le ofreció un pañuelo de papel para que se limpiara.
El ejecutivo puso por un instante su notebook en el piso para abocarse a limpiar la mancha, cuando otro joven le señaló el lugar donde habitualmente “ensucian” a la gente. Cuando éste se dio vuelta para ver, se generó un instante de confusión y alguien le dijo: “Te afanaron la computadora… ¡el tipo se fue para allá!” y le señalaron el sentido CONTRARIO al que había partido el ladrón.
TROLLEANDO AL VIRGO
Un hombre y una mujer se conocen en una web de citas por Internet. En el 80% de los casos, el timador juega el papel de ella y además se convierte en una mujer atractiva (gracias photoshop!), hasta el punto de que las fotos parecen pertenecer a modelos profesionales.
Después de semanas de cortejo, la pareja queda en verse. Sin embargo, poco antes de la cita, ella se ve obligada a viajar por motivos de trabajo. Al llegar a su destino, curiosamente la mujer sufre un atraco: le roban el dinero y el pasaporte, además de resultar herida.
Aparentemente ella ingresa en un hospital privado, pero no puede pagar la factura. Tampoco puede costearse el hotel. La embajada le exige demasiados papeles o se niega a ayudarla.
Sola y desvalida en un país extraño, ella se comunica con su novio virtual y, en un principio, sólo le pide apoyo sentimental.
El novio no sólo le da apoyo moral, sino que, como buen boludo, le ofrece AYUDA FINANCIERA. A partir de aquí, ella empieza a pedir montos exactos elevados: $500 para la factura del hotel, otros cientos para el hospital, más $1000 para el billete de vuelta y otros $1000 para un supuesto impuesto por salir del país sin pasaporte.
Cuanto más paga él, más promete ella, incluido el matrimonio. Y si él empieza a sospechar, ella recurre al envío de supuestas pruebas (como un pasaporte escaneado) o al chantaje sentimental: “Si no me crees tendré que decirte adiós”.
No hace falta decir cómo termina esto…
También suele ocurrir al revés: un hombre joven y atractivo sufre algún extraño accidente y pide recursos a su “novia virtual” (generalmente una mujer de edad avanzada).
EMAILS FALSOS
Los estafadores envían correos masivos como si pertenecieran a un banco y le preguntan al cliente si quieren cambiar su contraseña o actualizar sus datos.
Los muy ingenuos dan dicha información y así los estafadores obtienen la clave y vacían su cuenta.
En algunos casos los estafadores primero investigan bien a los clientes. En otros, actúan al voleo porque saben que alguien va a caer en la trampa.
ABOGADO FALSO
Un abogado contacta con un internauta para informarle que heredó una sustanciosa fortuna de un pariente muy lejano que ha muerto fuera de su país de origen en un aparatoso accidente. El heredero tiene que pagar $200 para que el dinero le sea transferido, y entre $500 y $1.000 para la factura del abogado.
Si la víctima sospecha algo, el jurista asegura que no le importa si el fallecido es su pariente o no; sólo quiere entregar el dinero y cobrar su minuta. Lo curioso es que cuando el timador menciona la historia del señor X, las víctimas dicen recordar haber leído sobre el caso, pero aún así suelen caer en la trampa.
EL TAXISTA DESAFORTUNADO
Una persona se encuentra en un taxi y alguien llama al taxista por celular. Éste escucha que le dicen que no van a poder operar a la nena porque aún no terminaron de juntar la plata para pagar la cirugía, la cual debían hacerle urgentemente.
El taxista se ve bastante alterado, como sería lo lógico en estas circunstancias. La cuestión es que el pasajero, antes de bajarse del vehículo, pide los datos del taxista y le promete publicar en la mayor cantidad de redes sociales su historia para lograr juntar la plata, además de darle todo el dinero que traía en ese instante.
Al par de días el pasajero se da cuenta de que el celular que le dio el taxista, junto con toda su información, no existía en ningún lado.
Otra versión de esta estafa es mostrar por las redes sociales desgracias ajenas para recaudar fondos, aún cuando no se planea dar ninguna contribución a las personas de la causa.
400 ELEMENTOS PARA EL HOGAR A SÓLO 5 PESOS!
Ése era el anuncio. Piénselo, es una gran oportunidad. Es decir, ofrecían ‘400 elementos para el hogar’enviando 5 pesos a una casilla postal.
La gente se desorientó al leer… “¿400 elementos por 5 pesos? Bueno, después de todo 5 pesos no es tanta plata, y seguro que entre los 400 artículos debe haber algunos interesantes y que me puedan servir”.
Aunque parezca increíble fueron MILES los clientes a distancia que se anotaron. Lo más curioso de todo fue que tampoco fueron defraudados:
A vuelta de correo recibieron los elementos prometidos. Y no sólo uno, o cinco o diez eran indispensables para el hogar. Todos servían y eran muy útiles en especial después de las comidas:
Cada ‘telecliente’ recibió una cajita conteniendo 400 mondadientes.
En fin, existen muchísimos otros casos de estafas y más versiones del cuento del tío que encontré por la red, pero ya no los puse porque me parecieron demasiado boludos o viejos (más que los que ya están en este artículo).
Si tienen algún caso más para agregar a la lista, déjenlo en los comentarios.
GRACIAS POR PASAR!